La coquera: el suspiro del muro

¿Qué es una coquera?

La coquera es un pequeño hueco, un vacío en la piel del mortero o del hormigón, una imperfección que se forma cuando el aire queda atrapado entre la mezcla y el muro. Surge por la falta de compactación total, por un juego entre el árido, el agua y la gravedad. En la construcción tradicional se considera un defecto. En Ganbatte, lo convertimos en marca de autenticidad.

En Ganbatte, no ocultamos la coquera. La buscamos.

Porque donde otros ven un fallo técnico, nosotros vemos un gesto orgánico, una pausa, un espacio de aire que nos recuerda que la materia también respira.

Al igual que el kintsugi japonés repara con oro las fracturas de la cerámica, nosotros aceptamos la coquera como parte del lenguaje del muro. No forzamos el acabado perfecto, frío y pulido. Preferimos el que narra un proceso, el que deja que el material se exprese.

Cada coquera que aparece es:

• Un aliento contenido.

• Una huella del tiempo de secado.

• Un espacio donde la luz se posa distinto.

• Una forma de romper la uniformidad y recordar que la imperfección también es verdad.

En Ganbatte no dejamos la coquera al azar. La provocamos con cuidado, jugando con la proporción justa de agua, con la cantidad y tamaño del árido, y con la presión manual al aplicar. Sabemos cuándo dejar que el muro hable por sí solo.

Porque lograr una coquera bonita requiere más maestría que esconderla:

• Elegimos mezclas vivas, no muertas.

• Aplicamos con intuición, no con rigidez.

• Dejamos que el material se asiente, que respire, que se suelte.